Cómo los baños en agua fría con hielo están transformando la recuperación deportiva
Los baños en agua fría con hielo, también conocidos como ice baths o inmersión en frío, se han convertido en una práctica común entre los deportistas que buscan mejorar la recuperación muscular y reducir el dolor post-entrenamiento.
Estos baños, que implican sumergir el cuerpo en agua a temperaturas bajas, ayudan a disminuir la inflamación, acelerar el proceso de recuperación y mejorar el rendimiento general. La técnica, respaldada por estudios recientes, muestra beneficios significativos, pero también conllevan ciertos riesgos.
El Dr. Manuel Leyes
, reconocido traumatólogo especialista en patología de rodilla, hombro, tobillo y en lesiones deportivas y jefe de Servicio de Traumatología
de Olympia Quirónsalud
, describe algunos de los beneficios del ice baths.
- Reducción de la inflamación: El agua fría provoca una vasoconstricción (estrechamiento de los vasos sanguíneos), lo que reduce la inflamación y la hinchazón tras el ejercicio intenso.
- Alivio del dolor muscular: La inmersión en agua fría disminuye la percepción de dolor muscular y retrasa el desarrollo del dolor muscular de aparición tardía (DOMS).
- Recuperación más rápida: Ayuda a acelerar la recuperación al mejorar el drenaje linfático y reducir la acumulación de toxinas o productos de desecho metabólico en los músculos.
- Mejora en la circulación sanguínea: Después del baño frío, el cuerpo envía más sangre oxigenada a los músculos, promoviendo una mejor regeneración.
- Estabilización del sistema nervioso: Ayuda a reducir el estrés fisiológico y puede mejorar el bienestar general al activar el sistema nervioso parasimpático.
El especialista de Olympia advierte de los siguientes riesgos:
- Hipotermia: Si el baño se prolonga demasiado o el agua está excesivamente fría, puede causar una caída peligrosa de la temperatura corporal, lo que podría llevar a una hipotermia.
- Lesiones cutáneas: El contacto prolongado con hielo o agua extremadamente fría puede causar quemaduras por frío o lesiones en la piel.
- Problemas cardíacos: Las personas con problemas cardíacos pueden experimentar arritmias o un aumento de la presión arterial debido al choque del frío, lo que puede ser peligroso.
- Rigidez muscular: Aquel frío excesivo puede causar rigidez muscular, disminuyendo la flexibilidad.
- Impacto en la adaptación al entrenamiento: Algunos estudios sugieren que la inmersión en agua fría puede interferir con las adaptaciones musculares y el crecimiento tras el entrenamiento de fuerza si se utiliza en exceso.
Por ello, el Dr. Manuel Leyes recomienda limitar el tiempo de inmersión a 10-15 minutos, usar temperaturas entre 10-15°C. No realizar baños en frío inmediatamente tras entrenamientos de fuerza, ya que puede interferir con las adaptaciones musculares y evitar el uso en personas con condiciones médicas no controladas, especialmente problemas cardiovasculares.



