¿Viajas hacia el este? Descubre por qué necesitas más tiempo para adaptarte
Viajar a través de varias zonas horarias puede ser emocionante, pero también presenta un desafío importante para nuestro cuerpo: el temido jet lag. Este fenómeno ocurre cuando nuestro reloj interno, ubicado en el Núcleo Supraquiasmático del Hipotálamo, se desincroniza con el horario del lugar al que hemos llegado. Según Francisco Segarra, Psicólogo y Somnólogo acreditado por la European Sleep Research Society (ESRS) como experto en Medicina del Sueño, y responsable de la Unidad del Sueño de Olympia Quirónsalud, esta desincronización causa síntomas como fatiga, dificultad para dormir por la noche, somnolencia durante el día, problemas de concentración y trastornos digestivos.
El jet lag afecta a todos los viajeros, pero la dirección del viaje influye en su intensidad. "El jet lag es notablemente peor cuando viajamos hacia el este porque estamos acortando nuestro día, lo que dificulta que nuestro reloj interno se adapte al nuevo horario", explica el especialista.
El papel del ritmo circadiano en el jet lag
Nuestro cuerpo sigue un Ritmo Circadiano de Sueño-Vigilia de aproximadamente 24,6 horas, ligeramente más largo que el ciclo natural de 24 horas. Este ritmo se sincroniza principalmente con los cambios de luz y oscuridad en nuestro entorno, regulando funciones como el sueño, la digestión y la actividad cognitiva.
"Naturalmente, nuestro cuerpo tiende a retrasar la hora de dormir, por lo que al viajar hacia el oeste y alargar el día, la adaptación resulta más sencilla", señala Segarra. Por ejemplo, si viajamos de Europa a América, cada huso horario requiere aproximadamente un día para adaptarse.
Sin embargo, al viajar hacia el este, donde el día se acorta, el desafío aumenta. "En este caso, cada huso horario cruzado requiere aproximadamente 1,5 días para ajustarse al nuevo horario. Esto explica por qué los viajes hacia el este son más agotadores para nuestro reloj interno", añade.
Estrategias para combatir el jet lag
Francisco Segarra ofrece pautas prácticas para minimizar los síntomas del jet lag y acelerar la sincronización circadiana:
- Prepara tu reloj interno antes del viaje: si vas hacia el este, acostúmbrate a acostarte y levantarte más temprano. Si vas hacia el oeste, hazlo más tarde.
- Ajusta tu reloj a la hora del destino: cambia tu reloj a la hora de destino tan pronto como subas al avión. Esto te ayudará a anticipar la nueva rutina.
- Sigue el horario de destino durante el vuelo: intenta dormir y comer de acuerdo con el horario del lugar al que viajas.
- Exponte a la luz solar: al llegar a tu destino, busca la luz del sol lo antes posible. Esto ayuda a regular tu reloj interno.
- Evita la cafeína y el alcohol: estas sustancias pueden perturbar tu sueño y dificultar la adaptación.
- Prioriza el descanso adecuado: mantén un horario de sueño regular y da prioridad al descanso durante tu estancia.
Aunque no hay una fórmula mágica para evitar por completo el jet lag, adoptar estas estrategias puede reducir sus efectos. Francisco Segarra también subraya que conocer cómo responde nuestro cuerpo a los viajes y planificar en consecuencia es clave para disfrutar al máximo del destino. "En definitiva, entender el funcionamiento de nuestro reloj interno y cómo se ve afectado por los cambios de horario puede ser la diferencia entre un viaje agotador y uno placentero", concluye el experto.